martes, 26 de julio de 2011

Peppino Impastato; un joven que se enfrentó a la mafia.


Via Caetani, Roma, 9 de mayo de 1978, en el maletero de un coche rojo aparece el cuerpo del ex -primer ministro italiano y uno de los más importantes líderes de la Democracia Cristiana Italiana, Aldo Moro. Ese mismo día en los alrededores del pueblo Siciliano de Cinisi, en las vías del la línea de ferrocarril Palermo-Trapani la policía investiga una explosión ocurrida esa misma madrugada, encontrando restos humanos esparcidos por todo el lugar, son los restos de Giuseppe Impastato.
Giuseppe Impastato, más conocido por Peppino, nació en 1948 en el pueblo de Cinisi,  pequeño pueblo de la provincia sicialana de Palermo. Miembro de una familia local muy bien relacionada con la mafia, no en vano su tio era Cesare Manzella, uno de los capos más importantes de la mafía local,  cuñado de su padre, Luigi Impastato, siendo éste además intimo del sucesor de Manzella, tras su asesinato, Gaetano Badalamenti.
Poco a poco, Peppino fue invadido por ese espiritu y esas ganas de cambiar el mundo que sacudíó a varias generaciones, por aquella ilusionante década de los 60 del pasado siglo. Ese afán de cambiar el orden establecido le llevó a adoptar las ideas de la izquierda “revolucionaria”, llegando a afiliarse al Partido Socialista Italiano de Unidad Proletaria, donde tuvo la oportunidad de fundar un periódico. En 1967, dos años después de su ingreso en PSIUP, abandona sus filas, pero no pone fin a sus deseos de aportar todo su espiritu en la mejora de la sociedad. Y esa inquietud, lleva a Peppino Impastato de nuevo a su pueblo, poniéndose a la cabeza de los expropiados de Cinisi, por la ampliación del Aeropuerto Internacional de Palermo, y a su vez  crear en 1975 el “El Club de Música y Cultura”, un club que promueve diferentes actividades culturales y musicales, como cineforum, obras de teatro, bailes,…, conviertiéndose en el principal punto de referencia para los jóvenes de Cinisi.
Pero su espiritu de cambio le lleva a dar un paso más, y este paso, pasa por rebelarse contra el sistema imperante dentro de la sociedad siciliana, un sistema que, controlado por las familias de la mafia, logra tener atemorizada a la población, y que utiliza como marionetas a políticos y policias, sirviéndose de ellos para controlar cualquier parcela de la sociedad siciliana.
Peppino prentende comenzar por sacudir las conciencias de su Cinisi natal, siendo la mafia local, para la cual trabaja su padre, y  su capo, Gaetano, más conocido como Tano Badalamenti el principal blanco de sus denuncias. Esta postura, le hace romper todo lazo de unión con su padre, al que ve como otro títere más a las órdenes del capo Tano Badalamenti.
Junto al club, Peppino, decide abrir una emisora de radio libre y autofinanciada, Radio AUT. Desde este medio, y a través del programa “Onda Panza”, en el que utilizando la sátira y la ironía, ataca de forma directa a Tano Badalamenti y a su “organización”, denunciando los delitos y abusos que la “familia” comentía en Cinisi.
En 1978, tras el asesinato de su padre, Peppino Impastato decide que su lucha debe ser más directa, y para ello decide concurrir a las elecciones municipales de 1978 en las listas de “Democracia Proletaria”. La entrada de Impastato en política suponía una seria amenaza para los “negocios” de la mafía local, y la reacción de ésta no se hizo esperar. El 9  de mayo de 1978, días antes de las elecciones municipales, Peppino es secuestrado, y se le adosa al cuerpo una potente carga de dinamita que poco después explosiona, poniendo punto y final a la vida de Peppino Impastato. El pueblo de Cinisi acompañó de forma multitudinaria a Peppino en su último adios.
Durante muchos años se mantuvo, por parte de las autoridades, la teoría del suicidio, pero la lucha de familiares y amigos consiguió reabrir la investigación, demostrándose que la muerte del joven no fue un suicidio, sino un asesinato, pero según la justicia sin asesinos. Son los primeros años del nuevo siglo los que ponen rostro a los asesinos de Peppino, unos rostros que todos sus conocidos conocían pero la justicia, al parecer no, Vito Palazzolo, condenado a 30 años como culpable, y el Tano Badalamenti, condenado a cadena perpetua.
 "Los Cien pasos" es el título de una película italiana que recrea la vida de Peppino, cuya  canción principal, también llamda "Los Cien pasos", es cantada por el grupo Modena City. "Los Cien pasos" aluden a la distancia que separaba el hogar familiar de los Impastato y la casa del capo local, Tano Badalamenti. El video es un monetaje con imágenes de la película y fotografías de la vida de Peppino.

jueves, 21 de julio de 2011

La Nueve: Hazañas de republicanos españoles en la II Guerra Mundial.


La historia que os contamos a continuación esta siendo conocida en los últimos años y no es otra que la participación de republicanos españoles en la II Guerra Mundial, españoles que lucharon bajo la bandera de la Francia libre. Para conocer el origen de estos españoles hay que retrotraerse a la Guerra Civil española, y recordar el forzoso exilio que le tocan vivir a los republicanos españoles tras la derrota. Muchos de los exiliados optaron por marchar a Marruecos o Argelia. La Francia de Vichy, al respecto de los españoles, les obligó prácticamente a enrolarse en la Legión Extranjera Francesa. La Legión en aquel momento tenía una parte leal al movimiento francés libre y otra partidaria al gobierno de Vichy. Aunque posteriormente la legión de Vichy se unió a sus hermanos franceses libres. Sus primeras actuaciones en combate al mando de Leclerc sería en el frente tunecino contra el “Zorro del desierto” Rommel. El 7 de Mayo de 1943 tomaron la ciudad portuaria de Bizerta, siendo su ultima actuación en África. Los españoles recobraban así el espíritu del 36. La Nueve nacía ahora, eran 150 españoles, anarquistas, socialistas, antifranquistas y antinazis, antiguos miembros de la Columna Durruti. Muchos de ellos, encerrados en campos de concentración por el Frente Popular.
De Gaulle reconoció la labor de estos soldados españoles, siendo reagrupados en la II División Blindada, de la que estaba al mando el general Leclerc. Dentro de esta división se creó una unidad especial, la Novena compañía, la Nueve, a todos efectos española.
Al frente del regimiento español se encontraba el General Dronne, el cual en su diario reflejó que los españoles eran diferentes a los demás porque luchaban por un ideal, ese ideal era la libertad, no una bandera. En Septiembre de 1943 la Nueve fue mandada a Rabat, con armamento procedente de los Estados Unidos.

El 20 de agosto de 1944, De Gaulle se reunió con Eisenhower, en Normandía: “Leclerc y su Segunda División estarán al frente de la liberación de París”. En sus Memorias, el capitán francés de la Novena compañìa cuenta la decisión final de Leclerc: “No hay que obedecer órdenes idiotas. Dronne, tome a sus hombres de la Novena y entre en París. Diga a los parisinos que toda nuestra división estará con ellos, mañana”. Los españoles de la Nueve fueron  los primeros en entrar en París. Iban montados con once half-tracks, a los cuales los españoles les dieron diferentes nombres de batallas de la Guerra española, Guadalajara,  Brunete, Ebro, Belchite, Jarama,Guernica, y Madrid entre otros. Solo un Sherman con tripulación francesa participó en el avance final. El primer blindado aliado que llegó a París era el “Guadalajara”. El primero en abrir fuego, tras entrar en la plaza del Ayuntamiento, fue el vehículo blindado "Ebro", que efectuó disparos contra un grupo de fusileros y ametralladoras alemanas. Liberado el país galo, los habitantes se sorprendieron de ver un gran número de españoles entre sus libertadores. La Nueve también participó en la toma de la Cámara de los Diputados, del Hotel Majestic y la Plaza de la Concordia. En la madrugada del 25 de agosto los alemanes capitulan y los españoles reciben como prisionero a Dietrich von Choltilz

 Pero tras la liberación de París la guerra aún no había terminado, la Nueve abandonó la capital francesa el 8 de Septiembre para volver al frente. El día 12 de septiembre los españoles fueron protagonistas en Anderlot haciendo 300 prisioneros alemanes. En noviembre, lucharon en Alsacia, donde perdieron un vehículo blindado. El 23 de noviembre Estrasburgo fue tomada por la Nueve. Más problemas tuvieron los españoles en suelo alemán, donde las inclemencias meteorológicas (era pleno invierno) y las bombas alemanas causaron alrededor de las 50 bajas. Finalmente, participaron en la tomas del Nido del Águila, refugio de Hitler.  Condecorados en Francia por la liberación de París, al finalizar la guerra fueron “olvidados”. Lamentablemente se cambiaron  los nombres de los blindados españoles sustituyéndolos por nombres franceses. Los méritos de la Nueve en París fueron tomados por el ejército francés. La historia los condenaba en definitiva al olvido, al ostracismo, en palabras de Mesquida (autora de La Nueve. Los españoles que liberaron París), porque "la Francia de la ocupación alemana tenía que reescribir su historia como Francia combatiente, Y para ello, De Gaulle no dudó en sacrificar a muchos de los que habían luchado en realidad".

En 2004 los españoles de la División Leclerc  fueron reconocidos finalmente como los auténticos liberadores de París en la Segunda Guerra Mundial.




martes, 19 de julio de 2011

La II Guerra Mundial desde el más allá.



Trasteando en el maravilloso mundo de internet he encontrado una historia que me ha parecido interesante para compartir.. La familia Leininger, del Estado de Louisiana, EE.UU, son los protagonistas. Al parecer el hijo de la familia, James desde los dos años sufría intensas pesadillas, todas ellas con un nexo común, diferentes batallas de la II Guerra Mundial.  Soñaba que era piloto de combate y que luchaba contra los japoneses. Mencionaba un nombre, un avión,  y el nombre de un barco, el Natoma Bay (un portaaviones). Dibujaba con minuciosidad aviones de combate. Con el tiempo y al parecer tras una ardua investigación, los padres descubrieron , que su hijo era la reencarnación de un piloto norteamericano de la SGM, el soldado James Huston. Esta historia fue convertida en libro por el padre y el propio hijo, Soul Survivor. The Reincarnation of a World War II Fighter Pilot.

Me parece una historia fascinante, y respetando lo que supone la reencarnación para la religión, formulo la siguiente cuestión: ¿Realidad o ficción?

lunes, 18 de julio de 2011

El Pabellón español en la Exposición Universal de Paris de 1937.


 En 1937 se celebraba en Paris la Exposición Universal y la República española que se encontraba inmersa en una guerra civil optaría por un arte de propaganda, así el surrealismo y el cubismo darán paso al realismo como sencillez artística. De esta forma, el stand español en Paris, sería primordialmente de propaganda, que captase el espíritu de la República. El Pabellón de la República de España fue diseñado por José Luis Sert y Luis Lacasa. El edificio se construyó con materiales prefabricados y tenía forma de prisma, de tres plantas entrelazadas con escalera o rampas, frente a esta construcción encontramos los imponentes edificios de la URSS y la Alemania Nazi, este último ejecutado por el arquitecto del régimen nazi  Albert Speer. El Pabellón se inauguró el 12 de julio de 1937. La escultura de Alberto Sánchez, El pueblo español tieneun camino que conduce a una estrella, de más de 12 metros de altura, se expuso en la entrada. Otras obras que se podían ver en el Pabellón eran la Montserrat de Julio González, El Campesino catalán de Miró, las esculturas de Emiliano Barral, artista que murió en el frente español un año atrás. Los comisariados españoles incluyeron 18 esculturas como homenaje póstumo. Josep Renau tendrá también su espacio en la exposición, expresando su arte en forma de cartelismo, un arte muy en voga en aquellos momentos. Renau mostraría en sus carteles una clara influencia del cartelismo soviético posrevolucionario, utilizando el fotomontaje. Una de las secciones más destacadas de la obra de Renau era la dedicada a los desastres de la Guerra. Pero sin duda alguna el gran protagonista era Pablo Picasso. El artista malagueño realizó para el Pabellón varias esculturas, pero será la pintura titulada Guernica la gran referencia del Pabellón español. Pintado en los meses de mayo y junio de 1937, fue una petición expresa de la República española al pintor. La petición fue realizada en casa del artista en Francia. Allí fueron artistas anteriormente citados como Josep Renau, Luis Lacasa, o escritores como Max Aub. Esta visita tuvo lugar en enero de 1937, pero no será hasta el bombardeo del 26 de abril a la población vasca de Guernica cuando Picasso decida que obra presentar, El Guernica , un óleo sobre lienzo, con unas dimensiones de 3,50 x 7,80 m.
El Pabellón, que hay que decir que fue construido con un carácter efímero, fue reconstruido en 1992 por  Espinet-Ubach y J. M. Hernández León y actualmente se encuentra situado en el parque valle de Hebrón –Barcelona.


viernes, 15 de julio de 2011

KEYNES vs HAYEK: LA BATALLA IDEOLÓGICA POR LA ECONOMÍA MUNDIAL


El siglo XX y los años iniciales del llamado nuevo milenio han sido testigos de una lucha ideológica de carácter económico. Un debate que aún continúa en el tiempo y que está lejos de abandonarnos. Las cabezas visibles de esta confrontación son dos economistas cuyas tesis se antojan antagónicas. De un lado, el economista inglés J.M. Keynes, cuyas ideas generales transmitió a través de su obra “Teoría general de la ocupación, interés y el dinero” publicada en 1936 y que ha influido sobre la mayoría de los gobiernos occidentales durante más de 30 años. El núcleo de su pensamiento está en la idea de que es necesario un intervencionismo del estado sobre la economía, a través de un control de los salarios y los precios, ya que la economía de mercado acabaría cometiendo excesos que sus propios mecanismos no podrían controlar.
Por su parte, el economista austríaco F.V. Hayek proponía lo contrario. Consideraba el intervencionismo estatal como una amenaza de la libertad y que sólo existiría una verdadera democracia cuando hubiera una plena libertad de mercados. El mercado es por tanto capaz de autorregularse. El lema básico de la escuela austríaca a la que pertenecía Hayek lo explica de esta manera: “los mercados funcionan, los gobiernos no”.
Las tesis de Keynes cobraron gran importancia en los gobiernos occidentales sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial, a través de un sistema de economía mixto en el que convivían industrias nacionalizadas y empresas privadas, y que constituía una alternativa al modelo comunista que avanzaba progresivamente en Europa. Es la época del llamado “Estado del Bienestar” y la “edad de oro” del sistema capitalista. Mientras tanto, Hayek y sus seguidores vivían sus momentos más bajos, viendo como sus tesis eran desprestigiadas continuamente. Esta situación comienza a cambiar a partir de comienzos de 1970, con la gran crisis que afecta a Estados Unidos en la que se da a la vez un proceso de inflación y estancamiento económico conocido como “estanflación”. Es a partir de este momento, cuando las tesis de Hayek y sus seguidores como Milton Friedman comienzan a ganar adeptos y a ser más popularizadas.
El cambio definitivo se produce a raíz de los ascensos de los gobiernos conservador y republicano de Margaret Thatcher y Ronald Reagan en Inglaterra y Estados Unidos, respectivamente. Thatcher, -gran admiradora de Hayek- comienza una ola de privatizaciones y de supresión de subsidios, a la vez que Reagan desarrolla una política de contracción económica. Poco a poco, son otros países los que van adoptando este tipo de medidas. Podemos hablar a partir de este momento, como una imposición de las tesis de Hayek sobre las de Keynes, y por tanto, de un triunfo de los mercados sobre los gobiernos. Un sistema que ha sido impuesto por la mayoría de países occidentales tras la caída del muro de Berlín y la desintegración de los regímenes comunistas, en lo que se ha dado a llamar como “pensamiento único”. Un sistema que promueve y favorece las injusticias sociales y que sólo beneficia a una pequeña clase dominante.


domingo, 10 de julio de 2011

Los Almogávares; Mercenarios de Leyenda.


Tropas almogávares. Detalle del cuadro de José Moreno Carbonero, "Tropas almogávares desfilan ante el emperador bizantino", de 1888.

Cuentan las crónicas que desenvainaban sus largos cuchillos y empezaban a percutirlos contra las piedras de manera que saltaran chispas; al mismo tiempo, todos a una, lanzaban su grito de guerra “!Desperta Ferro!”, sembrando el terror entre las filas enemigas, que veían aproximarse una jauría de hombres sedientos de sangre. Eran los almogávares, mercenarios procedentes en su mayoría de los más profundos valles del Pirineo catalano-aragonés, quienes contratados como guerreros a sueldo por la Corona de Aragón escribieron grandes páginas de una historia que les ha dado la espalda, pues en la actualidad pocos tienen conocimiento de sus hazañas.
El término almogávar, hombres que realizan incursiones en territorio enemigo, ya nos acerca al carácter de estos hombres a los que se les relaciona con un posible origen visigodo. Esta asociación con los antiguos pobladores de la península Ibérica se debe principalmente a sus vestimentas, pues vestían a la antigua usanza visigoda, con ropas muy toscas hechas con pieles de animales; cinturones rudos de cueros, a los que ceñían sus largos cuchillos llamados coltell, y remataba la indumentaria un peculiar casco en forma de redecilla, hecha de hierro, convertido en un signo distintivo de estos guerreros.
Los almogávares se agruparon en compañías de mercenarios que bajo la bandera de la Corona de Aragón, participaron en las momentos de mayor expansión del reino peninsular.
Las Compañías de Almogávares fueron reclutadas para luchar contra los musulmanes en el siglo XIII, en los años de más actividad de la reconquista aragonesa. Lucharon en las ejércitos de Jaime I el Conquistador durante la toma de Valencia y en los de Pedro el Grande, que llevó la expansión del Reino de Aragón hasta Sicilia, siendo estos rudos montañeses pieza clave en la toma de la isla y en la no restitución de la misma a los francos.
Tras las campañas sicilianas, aparece la figura de Roger de Flor, un antiguo templario que acaudilla a los almogávares de Sicilia, los cuales se agrupan en la denominada Compañía Catalana. Ésta pone rumbo hacía el otro extremo del Mediterráneo para luchar como soldados de fortuna bajo las insignias imperiales de Bizancio.
A mediados del año 1303, aproximadamente unos 7.000 hombres desembarcaron en Constantinopla, y desfilaron en el hipódromo ante el emperador Andrónico, y su hijo, Miguel.
En tierras orientales los almogávares obtuvieron triunfo tras triunfo sobre las tropas turcas, siendo no pocas las ciudades que requerían sus servicios para librarse del acecho otomano. Los almogávares consiguieron dar un respiro de varios años al Imperio Romano de Oriente, hasta su definitivo derrumbe culminado con la caída de su capital, Constantinopla, a mediados del siglo XV.
Pero a los éxitos, se unió la desconfianza por parte del cobasileo Miguel, que veía como el poder y la fama de los aragoneses podían amenazar el poder Imperial, por otro lado los continuos enfrentamientos con otros mercenarios contratados por el imperio, como alanos y genoveses, tampoco ayudaba al buen entendimiento entre las autoridades imperiales y la Compañía Catalana. La tensión fue in crecendo  hasta desembocar en el asesinato del jefe de la Compañía, Roger de Flor, junto con gran parte de los oficiales. Una vil acción ordenada por Miguel, y que trajo consigo una declaración de guerra al Imperio Bizantino por parte de los almogávares. Esta traición es el origen de la llamada “Venganza Catalana”, pues los menos de  4.000 hombres con los que todavía contaba la Compañía sembraron el pánico en tierras de Bizancio, arrasando con todo lo que encontraban a su paso con el único objetivo de saciar su sed de venganza por la acción de la que fueron víctimas.
Los almogávares  tuvieron durante varios años en jaque a todo un Imperio que veía como sus ejércitos eran destrozados una y otra vez, y las ciudades eran saqueadas una tras otra, hasta que tras un tiempo vagando por tierras orientales, estos soldados de fortuna, ricos de botín, arrebataron el Ducado de Atenas al franco Gautier de Brienne, y más tarde, crearon el Ducado de Neopatría, también en tierras griegas.
Durante setenta y siete años en estos territorios ondeó los colores del Reino de Aragón, hasta que en 1388, otros mercenarios hispanos, la Compañía Navarra, pusieron el punto y final a la epopeya de la Compañía Catalana, venciendo a unos descendientes faltos de ese espíritu belicoso y aventurero de aquellos almogávares que convirtieron el grito “!Desperta Ferro¡” en leyenda.

lunes, 4 de julio de 2011

La Incursión Doolittle. (Un episodio de la II Guerra Mundial)

Lo único bueno que pude sacar del visionado del engendro de película que me parece a mi que es Pearl Harbor, fue el descubrimiento del militar James Harold Doolittle, amen de la gran banda sonora de Hans Zimmer, pero eso es otra historia.
Doolittle nació en 1896 en Alameda, California. De pequeño jamás pensaría que podría llegar a ser un militar de importancia en la II Guerra Mundial; de complexión delgada y estatura más bien baja, servía más bien para mofa de sus compañeros. Con el paso de los años irá moldeando su futuro, decide alistarse y pronto encuentra su vocación en la aviación militar. Así en la I Guerra Mundial será instructor de vuelo. Posteriormente, será piloto de carreras, llegando a batir en 1932 el record mundial de velocidad, alcanzando cerca de los 500 Km/h.. Doolittle que había dejado el servicio activo en 1930, lo retomaría en 1940, con la graduación de Coronel, con el objetivo de convertir las industrias civiles en militar ante el conflicto que los alemanes habían provocado.
Esto ya nos acerca al episodio el cual queremos destacar, conocido como La incursión Doolittle
“Miembros del Senado, de la Casa de Representantes:  Ayer, 7 de Diciembre de 1941, una fecha que pervivirá en la infamia, los Estados Unidos de América fueron sorpresiva y deliberadamente atacados por fuerzas navales y aéreas del Japón”.
Con estas palabras Roosevelt declaraba la guerra a Japón. El teniente coronel Doolittle fue el encargado de dirigir el ataque, que no era sino una respuesta a lo de Pearl Harbor. Hicieron falta varios meses de preparación y adiestramiento de los pilotos para llevar a cabo el ataque. El plan consistía en golpear a Japón en su propio territorio con el objetivo de hacerles ver que el temido Imperio japonés no era intocable. El problema era que debían de estar no lejos de territorio nipón, por lo que se eligió aquella zona de China libre de la ocupación japonesa. Por otra parte se eligió el portaaviones USS Hornet para el despegue de los bombarderos. Previamente se habían eliminado a los bombarderos B-25 que efectuarían el ataque,de toda clase de piezas y elementos que dificultasen el despegue y adicionarle depósitos de combustible, así como dato significativo señalar que las ametralladoras traseras se quitaron y se colocaron en su lugar unas falsas de menor peso y que daban el pego. El 1 de abril de 1942 los bombarderos fueron embarcados al portaaviones. Habían pasado cuatro meses de tan funesto ataque a Pearl Harbor cuando el USS Hornet navegaba las aguas del inmenso Pacífico en busca de una venganza. Resaltar que se trataba de una misión peligrosa empezando por el despegue de los bombarderos del portaaviones, algo que nunca se había hecho y que en un principio podía parecer descabellado, de ahí todos los cambios que se produjeron como aducíamos anteriormente. Para complicar aun más las cosas el portaaviones fue visto por los japoneses por lo que Doolittle estimó oportuno despegar en ese momento aunque restaba 200 millas del punto estratégico.
Los 16 B-25 una vez despegados pusieron vuelo hacia Tokio. Se dispusieron para un bombardeo a plena luz del día, al acercarse a la costa japonesa Doolittle dividió sus aviones: nueve fueron  a Tokio, donde iba él, tres a Kanagawa, y los últimos tres a Nagoya, Osaka y Yokosuka. Doolittle y sus 8 bombarderos lanzaron bombas incendiarias contra los distintos objetivos industriales. Las otras dos formaciones hicieron lo mismo, un ataque corto pero intenso al corazón industrial de Japón. El punto de aterrizaje sería en una base china amiga. Pero no fue tarea fácil, pese a que la mayoría consiguió aterrizar al límite de combustible, otros no tuvieron tal suerte. Un bombardero fue tomado por los rusos, siendo su tripulación hecha prisionera hasta esclarecer lo sucedido, otro cayó al mar, falleciendo dos de sus tripulantes y el resto prisioneros de los japoneses, una tripulación pereció al estrellarse su avión. No obstante el objetivo se cumplió Japón notó el golpe sobre todo anímicamente, habían invadido su cielo, y no habían podido hacer nada.
Sin embargo, el coste norteamericano había sido alto, Doolittle había perdido todos los bombarderos amen de varios de sus soldados, pero cual fue su sorpresa, no tanta si llegamos a comprender esa particular idiosincrasia yanqui, que esperando el que se le instaurase una corte marcial por los bombarderos perdidos, el presidente de los Estados Unidos le condecoró con la Medalla de Honor. El General James H. Doolittle falleció el 27 de septiembre de 1993 y fue enterrado en el Cementerio de Arlington, destinado exclusivamente a los héroes de guerra norteamericanos.