martes, 9 de junio de 2015

NOS MUDAMOS

Pues si, nos trasladamos a https://despojosdelahistoria.wordpress.com/ Allí encontrarás todas las entradas del Blog, en un diseño mucho más vistoso. Esperamos veros allí. Este dominio seguirá funcionando un tiempo. Muchas gracias por leernos y nos vamos viendo ya en la otra dirección.

Un saludo.

Fuerza y Honor.

lunes, 18 de mayo de 2015

La última carta

En el verano de 1921 se produjo la mayor derrota sufrida por el ejército español a lo largo de su historia, el llamado "Desastre de Annual". Entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921 el ejército español perdió más de 10.000 hombres entre muertos y desaparecidos a manos de las cabilas rifeñas agrupadas en torno al mando de Abd el-Krim. La retirada de la posición de Annual, asediada por más de 18000 rifeños, se convirtió en una fuga desordenada de miles de españoles invadidos por el terror que se lanzaron a un sálvese quien pueda propicio para que fueran cazados como moscas por los guerreros rifeños. Esta derrota fue el resultado de la conjunción de una multitud de errores en las decisiones tácticas tomadas por los mandos, pero sobre todo fue la consecuencia de la corrupción que como un parásito reinaba en las instituciones del estado. El ejército tampoco se libró de este mal, y la guerra de África aportaba pingües beneficios a la oficialidad, eso sí, “trapicheando” con el dinero y material destinado a abastecer a los miles de paisanos sacados de sus pueblos para combatir en una tierra hostil. Hombres, que al contrario de los más pudientes no tuvieron la oportunidad de pagar para librarse de combatir en las pésimas condiciones en las que los “negocios” de la oficialidad mantenían a la tropa. Las vergüenzas del ejército español en el Protectorado español de Marruecos fueron sacadas a las luz gracias al informe que el ministro de guerra ordena realizar al general Juan Picasso para esclarecer la derrota. El Expediente Picasso como fue conocido fue uno de los detonantes del golpe de estado del general Primo de Rivera de 1923. 

 Capitán don Félix Arenas Gaspar
 defendiendo los cañones en retirada hacia Monte Arruit,
 
Cuadro de Ferrer Dalmau.
En relación con esta derrota hace un tiempo encontré una noticia publicada en diciembre del año 2013 que creo digna de figurar en las páginas de este blog. La información recoge que en la primavera de 2012 unas excavaciones realizadas en el antiguo fortín español del monte Arruit sacó a la luz el cadáver momificado de un soldado español que portaba entre sus pertenencias una carta dirigida a su novia y que nunca llegó a su destino. 
Los sucesos que se dieron en Arruit fueron dantescos, situado a 30 kilómetros de Melilla, en este monte se situaba un fortín que recibió a partir del 29 de julio recibió a la mayoría de supervivientes de la retirada de Annual. Entre el 29 de julio y el 9 de agosto los soldados resistieron de forma desesperada, finalmente y ante la falta de auxilios se rinden ante los rifeños. Una vez desalmados y rendidos fueron masacrados más de 3000 hombres, el soldado protagonista de nuestra historia fue uno de esos fallecidos.

El fortín de monte Arruit tras la masacre.

La carta encontrada entre las pertenencias del cadáver aparece dentro de un sobre que contiene el siguiente llamamiento para que se realice la entrega de la misiva.


“Hermano de armas, si lees esto será porque yo habré muerto. Por favor, cumple la última voluntad de este soldado español que ha caído por la Patria y haz llegar esta carta a María […] que vive en Málaga en la calle […]. Sus padres se llaman Manolo y Antonia.” 


El contenido de la carta nos dice lo siguiente:


“Mi dulce María, Nunca pensé escribir esta carta, pero lo preocupante de la situación me lleva a ello. Llevamos días atrincherados y defendiendo Monte Arruit, apenas tenemos agua y comida. Los moros nos cercan y nos hacen fuego, cada día tenemos nuevas bajas, ya sea por causa enemiga o por efecto del calor, y no tenemos medicamentos ni medios de asistencia sanitaria. 


Según dicen, el General Berenguer le ha prometido a Navarro que mandarán refuerzos desde Melilla, pero la ayuda nunca parece llegar. Hay descontento y pesar entre los hombres aquí. Hay rumores fiables de que se negociará la rendición de la plaza, pero no sabemos mucho más al respecto. No sé qué pasará, hemos pasado muchas penurias en esta maldita guerra, pero como la de Monte Arruit no la he vivido. Ya se sabe como actúan los moros y tengo mucho miedo por lo que pueda pasar, estamos prácticamente a su merced y no creo que podamos resistir mucho más el hostigamiento al que nos someten. En el campamento tratamos de animarnos los unos a los otros; por su parte, día tras día, los oficiales nos recuerdan lo que implica ser un soldado español con arengas patrióticas, pero lo que más nos reconforta, dentro de lo que se puede, es la camaradería que hacemos todos en estos difíciles momentos. La verdad que no sé por qué te estoy contando esto, supongo que por egoísmo al desahogarme con este papel. No quiero robarte más líneas, ya que esta carta es para ti: la dulce niña de mis ojos, mi morena, mi malagueña, mi razón de vivir, mi anhelo, la estrella que me guía en las noches, la única persona por la cual suspiro día tras día y me reconforta pensar que pronto te veré, que pronto te abrazaré, que pronto te besaré y que pronto me casaré contigo. Dios sabe lo mucho que te quiero. Aún me acuerdo de la primera vez que te vi, con aquel vestido azul, tu pelo negro azabache recogido en un coco, esos ojos verde esmeralda que son capaces de cegar más que este sol africano y convertir a cualquier hombre en estatua de sal con sólo regalarle una mirada tuya. Me acuerdo de la canasta de mimbre llena de pescado que llevabas pues venías del mercado y como yo, apoyado en la pared de la calle de mi casa, quedé absorto ante tu belleza. Te eché un piropo cuando pasaste por delante mía, no pensé que me hicieras caso, ya que tal hermosura tiene que estar acostumbrada a que te los digan, pero giraste tu preciosa cara, me miraste y me sonreíste. Bendito piropo aquel. Te pedí acompañarte a casa para hablarte por el camino y me lo permitiste. Desde entonces fuimos inseparables, me costó que tu padre me aceptara, pero ya sabes que la insistencia siempre ha sido mi virtud. Aún me tiemblan las piernas cuando me acuerdo de aquel primer beso que te robé en la puerta de la casa de tu tía, se nos paró el mundo alrededor en ese instante. En fin, hay tantas cosas que podría contar… Seguro que mientras lees esto estás esbozando una sonrisa. 


En estas líneas que llevo hablando de ti se me ha olvidado momentáneamente todo lo que estoy pasando aquí. Siempre serás mi mejor medicina y el remedio de todos mis males. Ya sabes que al comienzo de esta carta te dije que nunca pensé escribirla. Es de despedida, mi amor. Si recibes esta carta será porque yo ya no estaré. No quiero ser egoísta y por ello te pido que no me guardes luto, que no te apenes por mí, que rehagas tu vida lo más pronto posible y que no me eches en falta pues yo siempre estaré contigo en cada momento de tu vida. Que seas muy feliz y que hagas realidad todos tus sueños, ya que los míos se cumplieron cuando me dejaste amarte. Quiero que sepas que mis últimos pensamientos son para ti y que siempre te querré y cuidaré allá donde esté. Monte Arruit a 8 de agosto de 1921. De tu soldadito, Pedro.”

miércoles, 6 de mayo de 2015

Conferencia de José León Rojas

El próximo jueves 7 de mayo, José León Rojas, coautor del Blog de Historia Fuerza y Honor, dará una conferencia cuyo título es El proceso de incautación de bienes y la aplicación de la Ley de Responsabilidades Políticas en Tarifa. El caso de José Pérez Pérez (1936-1942), en Cádiz, en la Casa de la Juventud, C/ Cánovas del Castillo, nº 41 a las 19:30 horas. Esta conferencia se enmarca en el IV Ciclo de Conferencias de Jóvenes Historiadores que organiza la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de Cádiz en colaboración con la Asociación Cultural y Universitaria Ubi Sunt? Nos vemos este jueves.

León Rojas, el primero a la derecha en un acto reciente.


miércoles, 8 de abril de 2015

Las sombras de Hiroshima

 
Nube de Hongo sobre Hiroshima
 El 6 de agosto de 1945, Hiroshima sufrió la devastación por una bomba nuclear lanzada por Estados Unidos.  Sobre las 8 de la mañana el Bombardero Enola Gay lanzó a Little Boy, una bomba de uranio de 4400 kilos de peso con una longitud de 3 metros  y 71 centimetros de diámetro.  La bomba tenía una potencia explosiva cercana a los 16 kilotones. A finales de 1945 la bomba había matado a 140.000 personas, la mitad a los pocos días del lanzamiento.  Otro hecho a destacar es que la mayoría de víctimas eran civiles. El 9 de de agosto, se lanzó una segunda bomba sobre Nagasaki. El 15 de ese mismo mes Japón anunció su rendición incondicional que se haría formal el 2 de septiembre con la firma del acta de capitulación.
                Las bombas fueron devastadoras y actuaron con diversa virulencia dependiendo de la orografía de las ciudades. Hiroshima al ser una ciudad más abierta sufrió aun más si cabe los efectos de la misma.
                Además de las víctimas humanas hay que añadir otros factores que provocaron las bombas como gran cantidad de daños materiales además de las sombras perpetuas de Hiroshima, las protagonistas de nuestras entradas de hoy.  Se muestran una recopilación de fotos que recuerdan lo que sucede cuando lanzas una bomba atómica.
La bomba provocó una fuerte deflagración tras los pivotes.




 Como vemos la explosión dibujó una silueta de las figuras humanas y materiales. Al parecer debido a la fuerte explosión los cuerpos eran convertidos en polvo de forma instantánea.

Por si se quedan con las ganas de más información...

http://ntcdelmundo.blogspot.com.es/2014/08/las-sombras-de-los-muertos-de-hiroshima.html

http://www.fogonazos.es/2007/02/hiroshima-el-horror-que-nunca-nos.html

martes, 31 de marzo de 2015

Restauración y puesta en valor de parte del recinto amurallado de Tarifa


Con una jornada de puertas abiertas denominada “Tarifa por todo lo alto” el área de cultura del Ayuntamiento de Tarifa dio por inaugurada la restauración y puesta en valor de parte de la cerca amurallada que envuelve al centro histórico de la ciudad, en concreto el tramo enmarcado entre la torre de la Red y la torre de los Maderos.

Plano del Triple recinto de Tarifa en el siglo XIV. En rojo la parte recuperada. Tarifa en la Edad Media (Excmo. Ayuntamiento de Tarifa. 2006).

A la once de la mañana del pasado Domingo de Ramos se facilitó al acceso al recinto a todos los visitantes, quienes a través de las explicaciones de los miembros del equipo técnico encargado de los trabajos de restauración y consolidación de la estructura pudieron conocer todos los detalles sobre la intervención realizada.

Los trabajos han consistido principalmente en la consolidación del lienzo amurallado, la eliminación de vegetación agresiva, la recuperación del adarve, el redescubrimiento y puesta en valor del postigo de Santiago y la restauración de algunos de los grafitos existentes en la muralla (Pinchar para más Información).

El tramo de muralla recuperado ha sido testigo de episodios claves en la historia de la Ciudad, como fue la toma de la misma por las huestes cristianas en 1292 (Pinchar para mas Información) o el asedio e intento de asalto por parte de las tropas francesas que vivió la ciudad en la navidad de 1811 (Pinchar para más Información).

Tramo del barrio del Arrabal.
En el lienzo de muralla restaurado podemos diferenciar dos zonas. En una primera parte del recorrido paseamos por parte del muro que delimitaba el este del barrio del Arrabal, estructura que fue levantada entre los siglos XII y XIII. Este tramo fue seriamente dañado durante el sitio francés de finales 1811, siendo posteriormente reconstruidas estas defensas por el ejército británico que ayudó en la defensa de la plaza.

En un segundo tramo, que abarca desde la torre de los Maderos hasta la torre de Jesús, nos encontramos con la cerca que protegía al barrio de la Aljaranda, ampliación de la medina original. Esta muralla fue levantada en el siglo XI, aunque el aspecto actual corresponde a las reformas efectuadas por mandato del gobernador de Tarifa don Isidro de Peralta en 1772.

Tramo reforzado por mandato de D. Isidro de Peralta en 1772.

Hay que destacar que en esta zona se encuentran la mayoría de grafitos existentes en la muralla, así como el postigo de Santiago. Este acceso es una antigua poterna del recinto amurallado que permitía a los ocupantes de la ciudad salir y entrar de ella sin ser vistos, sobre todo en caso de sitio, pero que, posiblemente a causa de una traición, sirvió de entrada a las tropas del rey castellano Sancho IV el Bravo. Éstas tomaron el barrio del Arrabal y de la Aljaranda obligando a los musulmanes refugiados en la Medina y en la Alcazaba a firmar la capitulación de la plaza el 21 de septiembre de 1292.

Restos de la antigua muralla norte del barrio de la Aljaranda,
también llamadas de murallas de tierra.
Postigo de Santiago.

Desde las páginas de este blog queremos felicitar a todos los responsables en la recuperación de esta pequeña pero importante parte del gran patrimonio tarifeño e invitar a todos nuestros lectores a conocer y disfrutar del mismo.

Vista Norte desde la torre de los Maderos.

Primeros visitantes recorriendo el adarve.

Panorámica Norte desde la torre de Jesús.

Lienzo de muralla que cierra al este el barrio de la Aljaranda.

jueves, 12 de marzo de 2015

Daoíz y Velarde y el 2 de Mayo de 1808



Para referirnos a los protagonistas de esta entrada, es necesario aludir a una de las fechas clave de la Historia Contemporánea de España; el 2 de mayo de 1808. Seguramente sin los acontecimientos que devinieron aquel funesto día, los generales Daoíz y Velarde no hubieran pasado a la historia. Es más, incluso para hablar del 2 de mayo hemos de hablar de otra fecha anterior, el 27 de octubre de 1807 que es cuando se firma el Tratado de Fontainebleau por el que España permitía al ejército francés pasar por suelo español para conquistar Portugal, país aliado de Inglaterra. Las intenciones de Francia, no obstante, iban más allá de la conquista portuguesa y muy pronto mostraron los franceses sus verdaderas intenciones, conquistar España también. El motín de Aranjuez motivado por la huida de la corte española hizo más propicio el asentamiento de tropas francesas en suelo español. Además Carlos IV abdicaría en Fernando VII. Con toda la tensión social, ambos monarcas fueron llamados a Bayona por Napoleón, donde se vería obligados a renunciar a la corona en detrimento de José Bonaparte, a la postre José I de España, hermano de Napoleón. Con los monarcas en Bayona fuera del juego, solo quedaban unos pocos miembros de la corte en Palacio en Madrid. El pueblo de Madrid, frustrado por los últimos avatares y temeroso de un jaque mate francés consistente en llevarse al infante Francisco de Paula, se agolpó a las puertas del Palacio Real a la primera hora de la mañana del 2 de mayo de 1808. José Blas de Molina, buen español y maestro cerrajero de profesión fue el que exacerbó al pueblo al  grito de  ¡Que nos lo llevan!  Al ver a los franceses llevarse al infante.


                Los madrileños iniciaron un levantamiento popular que si bien era espontáneo, como ahora veremos, venía gestándose desde meses atrás. Y decíamos que era tan espontáneo que el pueblo se alzó con lo que tenía en ese momento, navajas, palos, cuchillos de cocina y poco más. Murat al mando de las tropas francesas mandó un destacamento a Palacio, que abrió fuego contra el gentío. La lucha comenzaba pues. Durante las siguientes horas a la insurrección, los madrileños asaltaron armerías, cogiendo armas que a la postre resultaban inútiles en muchas manos inexpertas que no sabían manejarlas. Para combatir la propia desorganización del alzamiento se trató de organizar las llamadas partidas de barrio, pero para entonces Murat había introducido en la ciudad a 30.000 soldados franceses. La lucha fue sanguinaria y cruel, con degollamientos y cuchilladas por doquier.

 Los mamelucos y soldados franceses también dieron muestras de excesiva crueldad en una jornada que quedaría reflejada para la posteridad por Goya.
 ¿Y el ejército español? Pues siguiendo las órdenes del Capitán general Francisco Javier Negrete se mostraron impasibles, acuartelados. Solo unos pocos militares se sumaron al alzamiento desde el parque de Artillería de Monteleón, más que por órdenes por decisión personal de no ver al pueblo español sufrir tal salvajada. Era el caso de nuestros protagonistas, Daoíz y Velarde. Éste último se encargó de la defensa del parque con más de cien madrileños y soldados. Daoíz, por su parte, fue a la puerta del Parque, se agenció una batería de cuatro cañones, con la cual frenó las distintas cargas francesas. Fue una acto heroico que se alargó en torno a las tres horas, hasta que la escasez de munición y hombres provocó el fin. El General Lagrange reunió 2.000 soldados para el asalto final.  Velarde viendo el fatal desenlace acudió a la puerta del Parque con varios de sus voluntarios. Pero al aparecer a la puerta del Parque una bala le atravesó el corazón. Daoíz, por su parte, aguantó poco más. Herido gravemente en una pierna luchaba más ya con el corazón que con la cabeza. Apoyado en un cañón y espada en mano, fue testigo de cómo los pocos españoles que quedaban en pie pedían clemencia. 


El combate había acabado, con los Generales franceses Lagrange y Lefranc declarando prisioneros a los vivos.  Pero lejos de apaciguar los ánimos, Lagrange se acercó al herido español Daoíz exclamándole al parecer que era un traidor, otras fuentes hablan de que le quitó violentamente el sombrero al español herido. Sea como fuere, Daoíz agraviado alzó su espada, apenas sin fuerzas siendo rápidamente atacado por soldados franceses a bayonetazos.  Infausto final para estos dos héroes y para el pueblo madrileño en general pero a la postre el principio del fin para los franceses que encontrarían en España un escollo insalvable.