lunes, 2 de febrero de 2009

Retorno a Sefarad


En 1609, Felipe III “El piadoso”, rey de España y Portugal decretó la expulsión de los moriscos de las tierras hispanas, aunque se enumeraron varias razones para su expulsión fue si duda la necesidad de una monarquía corrupta y manirrota, apoyada por una iglesia fanática, supersticiosa y ansiosa de riquezas, de apropiarse de los bienes de los moriscos, la causa principal, y en mi opinión única por el cual se procedió a su expulsión de las tierras hispanas.

“La operación salida” se realizó entre el 1609 y el 1611, uno de los puntos clave fue la Ciudad de Tarifa, desde la cual se efectuaba el embarque de los moriscos que partían rumbo al continente africano.

Miles de criaturitas fueron concentradas en los campos que circundan la “Muy Noble y Leal Ciudad de Tarifa”, vigiladas muy de cerca por las tropas reales, cuyos integrantes aprovechaban cualquier ocasión para extorsionar y vejar a los desventurados que esperaban pacientemente que fueran trasladados a algunas de las naves reales encargadas del cruce del Estrecho de Gibraltar.

Se cuenta que las familias moriscas realizaban en su espera escondrijos donde guardar sus pertenencias más valiosas, ya que la corona no les permitía embarcar con nada de valor salvo sus vidas.

Miles de moriscos sembraron de riquezas las entrañas de la campiña tarifeña con la esperanza de que en una futura retorno a su hogar pudieran recuperar ese patrimonio que ayudará a retomar la vida que un día dejaron atrás.

Con el paso del tiempo los moriscos nunca regresaron a su hogar, y los tesoros que estos escondieron quedaron recogidos al abrigo de la madre naturaleza.

Sólo los más viejos del lugar recuerdan historias relatadas por sus mayores donde se hablan de riquezas en lugares cercanos a sus hogares, y de extraños personajes de aires morunos que recorrían los campos, montes, y recovecos de la campiña sin ningún motivo aparente salvo el de admirar el paisaje.

¿Quedaran las pertenencias de esos moriscos ocultas todavía o sus descendientes las habrán recuperados?, sea como sea, y dejando a un lado la leyenda la historia nos deja un episodio que desgraciadamente se ha repetido en innumerables ocasiones, no siendo difícil imaginar las penurias pasadas por estas personas que dejaban atrás todo lo que querían por culpa de la ambición de los poderosos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lástima que los judios pretendar pagar con el pueblo palestino todo lo que han sufrido en la historia!!!