martes, 9 de agosto de 2011

Evasión o Victoria

El equipo ucranio saluda con el  lema de los equipos soviéticos.   
Hoy 9 de agosto se cumple el 69 aniversario de El Partido de la Muerte, un partido de fútbol en el que participó un conjunto de prisioneros de guerra ucranianos, organizados como un equipo profesional llamado Dínamo Kiev, y soldados de la Wehrmacht.

Hay que situarse en 1941, la temporada de fútbol  de ese año no se completó, ya que Alemania invadió la URSS el 22 de junio de 1941. Varios de los jugadores del Dínamo de Kiev fueron reclutados y partieron al frente. Cuando los alemanes se acercaron a Kiev, el resto de  jugadores que quedaron en la ciudad fueron ayudados por la defensa civil de la ciudad. Kiev, una de las mayores ciudades de la Unión Soviética, acabó cayendo. Varios de los jugadores del Dínamo que sobrevivieron al ataque se convirtieron en prisioneros de guerra en los campos de concentración.

En 1942, en la Kiev ocupada, los antiguos miembros del Dínamo trabajaban en la Panadería 3. Iosif Kordik, fan del Dínamo, se había mantenido como administrador de la panadería, porque tenía origen alemán. A Kordik se le ocurrió la idea de formar un equipo de fútbol de la panadería, y en la primavera de 1942, Trusevych empezó a buscar en Kiev a su antiguos compañeros de equipo. El primero que encontró fue Makar Goncharenko.  En las siguientes semanas, el FC Start  fue conformado por ocho jugadores del Dinamo Kiev y tres del Lokomotiv Kiev El 7 de julio de 1942, el FC Start jugó su primer partido en la liga local. La liga estaba dirigida por un colaboracionista, Shetsov. El primer oponente del FC Start fue Rukh, el equipo favorito de Shtetsov. El FC Start ganó por 7-2,  pese a la evidente desnutrición del equipo ganador. Siguieron jugando y ganando a otros equipos formados por soldados de las fuerzas invasoras, alemanes, húngaros o rumanos. Hasta que topó con la Luftwaffe y las SS. El Start ganó 5 a 1 al equipo de la Wehrmacht. Los nazis pidieron revancha. El partido quedó fijado para el 9 de agosto.

Para el partido de la muerte, el árbitro era miembro de las SS y el equipo alemán recibió refuerzos, no futbolistas profesionales, pero sí aviadores en plena forma. Advirtieron al FC Start de un más que posible castigo si no perdían contra los alemanes.

Antes del partido, el árbitro conminó a los ucranianos a que al salir al campo hicieran el saludo nazi. Sin embargo, cuando el Flakelf (el equipo nazi) gritó “Heil Hitler!”, los panaderos exclamaron: “FizcultHura!” (“¡Viva el deporte!”, lema de los equipos soviéticos). El Start jugaba con camiseta roja porque no tenía otra. Ello contribuyó a la rivalidad. El árbitro toleró el juego rudo de los alemanes. Aun así, el partido terminó 5-3 para los ucranios.

¿Hubo consecuencias? Un jugador fue torturado hasta la muerte y los demás fueron llevados al campo de concentración de Siretz. En cautiverio, los panaderos de Kiev recibieron una ración de 150 gramos de hogaza al día. Tres jugadores fueron fusilados en febrero de 1943. Cuando el Ejército Rojo recuperó Kiev en noviembre, la población había descendido de 400.000 habitantes a 80.000. El alivio fue relativo para los jugadores. En un ambiente paranoico fueron vistos como colaboracionistas.

Sobre el partido en sí, la gran jugada del “partido de la muerte” no fue un gol. Alexei Klimenko sorteó a la defensa del Flakelf y llegó a la línea de cal. En vez de empujar el balón a las redes, lo pateó al centro del campo. Los nazis agraviados por el gesto, hicieron fusilar a Klimenko en Siretz.

Klimenko hizo la jugada más valiente en la historia del fútbol. Solo ante la portería, demostró a sus verdugos que no era como ellos: les perdonó.

Para la realización de esta entrada se han tomado referencias de las siguientes web:


Cartel del partido de la muerte.

2 comentarios:

Coke dijo...

Ome, aparte de las cosas que te comenté el otro día, también parece que lo del juego rudo es parte del mito. El partido según testigos fue bastante limpio y al finalizar ambos equipos se dieron la mano. Interesante historia, por supuesto.

Pretoriano dijo...

Ya ves,aunque hay algunas declaraciones sobre lo acontecido y un parde publicaciones respecto al tema, todavia cuando se cuenta la historia se meten esas anécdotas que no hacen sino engrandecer la leyenda y que sea más recordada. AHora que un soviético desnutrido y encarcelado en un campo de concentración le diese la mano a un alemán... eso si que es parte del mito, jeje.